EL CAOS MáS DELICIOSO ES EL QUE SE BESA

El caos más delicioso es el que se besa

El caos más delicioso es el que se besa

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¿Quién no ha caído, al menos una vez, en el dulce enredo de una mirada cómplice?
Nada está claro, pero todo se siente; no sabes a dónde va, pero tampoco quieres soltar la cuerda.


Cuando el Amor se Disfraza de Guion Inconsciente


Y en ese instante, entre lo dicho y lo que se evita, el enredo toma forma: no como error, sino como un delicioso enredo emocional en proceso de horneado.
Es común creer que se está forjando una conexión cuántica, pero en realidad solo comparten el trauma de odiar los lunes y no saber qué hacer con los domingos.


Romance en Modo Avión: Tiempos de Espera y Estrategias Digitales


¿Es amor o solo buen manejo de redes? Nadie lo sabe. Pero todos seguimos jugando.
Los silencios largos se sienten como monólogos internos de telenovela: “¿estará ocupado o simplemente no le importo?”
Y cuando finalmente se concreta otro encuentro, ambos saben que han sobrevivido a una especie de casting emocional que solo ellos entienden.


Reflexión Final: Enredos, Sí. Rutina, Jamás.


Tal vez los enredos son la verdadera forma en que el universo nos recuerda que seguimos vivos, atentos, deseando algo más.

Porque al final, lo que nos mueve no es la certeza, sino esa deliciosa sensación de estar al borde de algo.

Así presencia sensual que la próxima vez que te encuentres envuelto en una historia sin guion, con silencios incómodos, emojis sospechosos y cafés que nunca se terminan... relájate.

Porque a veces, lo más emocionante no es saber a dónde va la historia, sino perderse con alguien en el intento.

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